Hoy solo hemos empleado el día para deambular por los pasillos de los aeropuertos primero de Nueva Orleans y después del de Dallas que es una bestia de aeropuerto con 15 terminales, a saber cuál más complicada y más grande. Esto te ayuda a dimensionar este país y te dice que: primero, las distanciados son tan grandes que se utiliza el abierto para todo lo que significan más de 200 km y que el coche por muy grande que sea, será para distancias menores, aunque nosotros lo hayamos utilizado para la mayoría de la trayectoria, unos 3.800 km.
El un uber hasta el aeródromo de Nueva Orleans llegando a tiempo de todo y con las indicaciones del taxista y de la chica de la entrada. Dos horas hasta Dallas que es una ciudad impresionante desde las alturas, tal y como lo vimos a pie de tierra. Desde la terminal A a la C en un tren volante que pasa por todas las terminales siendo la nuestra la última, como siempre.
Dilayed. Ese es el término que más horroriza cuando lo ves en la pantalla o en tu móvil si tienes datos. Y efectivamente este vuelo se retrasa hasta las 13,55. Así que a tomar una cerveza y no tenemos nada en el estómago. En el pasillo del finger se da la ocasión para que los vaciletas saquen lo mejor de si mismos y le den palique a la mamá buena de 30 años, todo lo que saben, todo lo que han viajado y lo graciosos que son, con una clara intención cuando aterrice. De ello se entera la totalidad del pasillo y se comenta por atrás y por delante. Jaaaaaaaaaaaaajajaaa. Este tío es el típico vacilón guaperas.
Ya no sé cuándo llegamos a NYC, porque, aún en el avión, esto no arranca. Por fin volamos . No. No volamos y además el vacilón está sentado delante de Juan y se mosquea muchísimo si Juan menea el asiento y se encaran. Y Juan le dice en español » eyyyyy tranquilo!». Eso cabrea mucho más al pollo. Juan se divierte.
No os lo vais a creer pero nos cambian de avión después de tenernos dos horas dentro. Ahora vamos a la C6 y todavía no lo tienen claro. Ahora parece que si y he tenido que poner un mensaje al hotel de Times Square. A ver si todo va bien.
Ha ido mejor de lo que esperábamos porque este trayecto estaba gafado y Dallas más todavía. Al pollo de delante de Juan lo han cambiado de asiento y a él le han sacado la tarjeta amarilla. Llevamos pegada una mujer ucraniana que tiene a su hija en NYC y no sabe ni papa de inglés, así que la ahijamos; nos habla constantemente en su idioma y nos entendemos por señas. Nos dice cosas de la guerra, suponemos.
Me desahogo mejor hoy, que mañana toca nueva York. Nos empatamos más con la abuela ucraniana que con el resto del pasaje. Esta gente no tiene ninguna voluntad de hacer nada colectivo ni se han planteado bajar el nivel. Aquí todo es por la pasta. No hemos visto más que dos casas con paneles fotovoltaicos en todo el viaje y no hacen más que quemar combustible. Pocos coches eléctricos, las aguas sucias, no seleccionan los desperdicios, todo va al mismo cajón y con estas edades se hace ya molesto viajar de mochilero por un país que se ha hecho áspero. Se creen los amos del mundo y no les importa perderlo, se compran otro. Así que es la última vez que me ven en los yiunaidesesteits.
NYC por la noche. Desconocido ahora por la cantidad de lenguas que oyes por la calle, casi todos con la vista fija en su celular y con auriculares, cantidad de gente pidiendo, homeless por las aceras, cubiertos con cartones en los portales, en las bocas de metro, es horrible, no lo conozco, es como Blade Runner pero en visión real. Necesito la luz de día de mañana para poder centrarme. A ver.
eduardoseva12 